sábado, 12 de enero de 2008

Camino de Santiago






El Camino de Santiago a raíz del hallazgo de de la tumba del Apóstol Santiago.
La historia del Camino de Santiago se remonta al siglo IX con el descubrimiento del sepulcro de Santiago el Mayor, evangelizador de España. El obispo Teodomiro halla el mausoleo sepulcral, identificándolo como la tumba del Apóstol Santiago.
Este hallazgo fue un hecho trascendental que conmovió profundamente a los pueblos del Occidente Medieval. No existen datos precisos de las circunstancias del descubrimiento del mausoleo, sus descubridores consideraron este hecho como una revelación divina de la instauración del culto sepulcral a Santiago en el lugar en el que fue hallado.

La peregrinación hacia la tumba del apóstol supuso la llegada de un nuevo ambiente cultural que se ven reflejadas en algunos monumentos que encontramos a lo largo del Camino como:

-la Colegiata de Roncesvalles
- la Catedral de Pamplona
-la Iglesia de Torres del Río


Los soberanos de Aragón, Navarra y Castilla se esforzaron por atraer a sus dominios a gentes ricas y poderosas de otros países, por lo que utilizaron todos los medios a su alcance para seducirlos.

La orden de Cluny pronto se hace eco del prestigio de Compostela y durante el siglo XI promueve las peregrinaciones a Santiago. A cambio, los reyes cristianos hacen generosas donaciones a sus monasterios.
A lo largo del siglo XI la afluencia de peregrinos se intensifica y comienza la labor organizadora de los reyes para facilitar el tránsito. Se comienzan a erigir puentes y hospitales en los enclaves necesarios. Comienza a establecerse una ruta principal con sus respectivas estaciones.

La gran ruta de peregrinación de los siglos XII y XIII es la concesión desde Roma de los años Santos Compostelanos, con la posibilidad de que los peregrinos obtengan la indulgencia plenaria.
La Bula "Regis Aeterni" concedida por el Papa Alejandro III en 1179, confirma el privilegio concedido a Compostela por el papa Calixto II en el año 1120 por lo que serán Años Santos todos aquéllos en los que el día 25 de julio coincida en domingo es decir, cada seis.

En 1139 Aymeric Picaud lleva a Santiago su "Guía del Peregrino" denominado Codex Calixtinus atribuido por los monjes de Cluny al Papa Calixto II, de ahí su nombre. En él se describe el Camino de Santiago y se dan multitud de consejos para recorrerlo, a la vez que describe sus lugares y gentes.

A partir de la peste negra que asola Europa en el siglo XIV las peregrinaciones disminuyen, pero sin duda es el último cuarto del siglo XX cuando verdaderamente se produce el resurgir de las peregrinaciones a Santiago.

El arzobispo de Santiago en el periodo 1587-1602, Don Juan de Sanclemente y Torquemada, ante la amenaza del corsario Francis Drake que había manifestado su intención de destruir la catedral y el relicario del apóstol, ocultó sus restos llevándose el secreto a la tumba.

Se logra que durante los siguientes dos siglos las peregrinaciones a Compostela entran en una atonía tal que según cuentan las crónicas, el 25 de julio de 1867 tan solo habían acudido a Compostela unas pocas decenas de peregrinos.

La Rioja, cuenta con el tramo más corto de las comunidades atravesadas por el Camino Francés. Sin embargo la importancia histórica, cultural, social y artística de es fundamental y según la historia Silense, es Sancho III el Mayor quien fija a principios del siglo XI el que sería ya definitivo trazado del Camino Francés.

La paulatina conquista militar favoreció el auge de las peregrinaciones por el territorio riojano y la consiguiente fijación de la ruta terrestre.
Por otro lado, la leyenda de Santiago Matamoros nace en la riojana localidad de Clavijo de Logroño donde en el siglo IX tuvo lugar la legendaria batalla de Clavijo.

La riojana localidad de Santo Domingo de la Calzada es un enclave fundamental del camino. Esta ciudad nace fundada por el santo que le da nombre con el fin de dar servicio al peregrino.

LAS RUTAS

La mayoría de los peregrinos llega a Santiago por el llamado "Camino Francés", pero hay otras seis rutas más por las que se puede hacer el camino santo.

- La vía francesa es la más transitada y promocionada, entra en España por Roncesvalles y Somport, en los Pirineos y atraviesa las comunidades autónomas de Aragón, Navarra, La Rioja, Castilla y León y Galicia.
-La segunda ruta conocida es la del "Camino Norte", entra en Galicia por Ribadeo desde la costa, y por A Fonsagrada desde el interior, una vez recorrido la costa española del Cantábrico a partir de Irún atravesando Euskadi, Cantabria y Asturias.
Sería hasta el siglo X el más frecuentado. Los peregrinos procedentes del norte de Europa y de las Islas Británicas hacían su peregrinaje por mar siguiendo el denominado "Camino Inglés", desembarcaban en el puerto de la Coruña o en El Ferrol y desde allí continuaban a pie hasta la Catedral.

También entra en Galicia el “Camino Portugués”, que lo hace por el municipio de Tui para seguir por Porriño, Mos, Redondela, Soutomaior, Vilaboa, Pontevedra, Barro, Portas, Caldas de Reis, Valga, Pontecesures, Padrón, Rois, Teo y Ames, hasta Santiago. Esta ruta tiene también una variante que alcanza la frontera española por Chaves y, ya en Galicia se une al Camino del Sureste por Verín.

La quinta ruta es el "Camino del Sureste, Vía de la Plata cuyo origen se encuentra en la prolongación hasta Galicia de la calzada romana que comunicaba las ciudades de Mérida y Astorga. Entra en Galicia por A Mezquita, y desde A Gudiña cuenta con dos ramales que atraviesa numerosos pueblos gallegos hasta alcanzar su destino.

Otra vía elegida por los peregrinos es el "Camino de Fisterra-Muxía". Durante la Edad Media algunos peregrinos, después de venerar la tumba del Apóstol, seguían viaje hasta Cabo Neiro (Finisterre), considerado el fin del mundo.

El último camino utilizado por los creyentes es la "Ruta Marítima de Mar de Arousa y Río Ulla" que conmemora la llegada en barco del Apóstol Santiago desde Palestina. Tiene dos puntos de entrada en Galicia y se funde en Padrón con el Camino Portugués.


- SANTIAGO EL MAYOR.


El Santiago el Mayor era uno de los dos hijos de Zebedeo y Salomé; su hermano fue Juan el Evangelista, también apóstol. Fue uno de los apóstoles que tuvo una relación más íntima y cercana con Jesús.

A su llegada a Palestina y tras incumplir la prohibición de predicar el Cristianismo, fue decapitado en tiempos de Herodes Agripa. Según la tradición, su cadáver fue robado por los discípulos Atanasio y Teodoro y llevado en barco de nuevo a tierras españolas, en concreto a Iría Flavia.

La tradición prosigue con el viaje del cuerpo de Santiago, que es transportado en carro hasta el bosque de Libredón, lugar en que los bueyes se negaron a continuar. Este hecho debió ser tomado como una señal divina y fue elegido como lugar de enterramiento.

Para entender el largo viaje emprendido por sus discípulos desde Palestina a las costas gallegas para dar sepultura al cuerpo de su maestro, tenemos las afirmaciones de San Jerónimo: “Cada uno descansaría en la provincia dónde había predicado el Evangelio"
Posteriormente, en el Breviario de los Apóstoles, de finales del siglo VI, se habla de la predicación de Santiago en España y de su enterramiento en el Arca Marmárica. En la segunda mitad del siglo VII, Beda el Venerable describe con precisión la localización exacta del cuerpo del Apóstol en Galicia.

Murió, entre los años 41 y 44, decapitado por orden de Herodes Agripa I, cuando el rey de los judíos, en un intento postrero e inútil de conseguir la confianza de Roma, intensificó la persecución de las primeras comunidades cristianas. Según la tradición, a la muerte de Jesús, los apóstoles se repartieron los lugares en que debían predicar, correspondiéndole a Santiago España y las regiones occidentales.

Una vez decapitado, su cuerpo fue arrojado fuera de la ciudad como pasto de perros y fieras, pero sus discípulos al caer la noche, lo recogieron y lo llevaron al puerto de Jope, donde providencialmente apareció una embarcación aparejada y sin tripulación.

Al séptimo día de navegación arribaron a la desembocadura del río Ulla, en Galicia. Al depositar el cuerpo del maestro en una gruesa roca, ésta cedió como si fuera de cera hasta convertirse en el sarcófago del santo.

- EL ROMANICO A LO LARGO DEL CAMINO


El Camino de Santiago fue la ruta de peregrinación más importante de la Europa medieval y uno de los hechos de mayor importancia y beneficio para la historia de España. Gracias al Camino de Santiago los reinos hispánicos pudieron abrirse a Europa para dar y recibir de los pueblos traspirenaicos una gran riqueza cultural.

El apogeo del románico siguió a la consolidación del Camino durante los siglos XI y XII. Los intercambios culturales surgidos de la peregrinación provocaron que este movimiento artístico se extendiera por toda Europa. Con el asentamiento de la ruta jacobea se fueron sucediendo cambios en la sociedad medieval que ayudaron también a la extensión del románico: el fortalecimiento de los reinos europeos, el crecimiento de la población y la generalización del comercio.

También tuvo una importancia capital en el florecimiento de este estilo las órdenes religiosas, sobre todo la de Cluny. El aumento de feligreses hizo que se comenzaran a construir cada vez más iglesias, pero de forma más cuidad y elaborada. Las viejas construcciones de techumbre de madera y reducidas dimensiones se transformaron en otras más resistentes y monumentales.

Se propició una arquitectura civil complementaria a la religiosa. Se comenzaron a edificar hospederías, hospitales, puentes y barrios para albergar a la masa que movía el Camino de Santiago.

Los castillos del Camino, son el símbolo por antonomasia de la Edad Media española. Entre los años 722 y 1422 el paisaje ibérico se llenó de estas monumentales construcciones de piedra que se alzaban poderos en enclaves estratégicos. Su número aumentó espectacularmente en esta época gracias a la expansión económica que se vivía, y a la recuperación de territorios en manos de los árabes durante centurias.

Alrededor de los castillos se levantaron pueblos y en su interior se formaron pequeñas y bulliciosas ciudades; con molinos, herrerías y pequeños mercados. Estas fortalezas se constituyeron en los núcleos sociales más relevantes del medioevo.
El castillo se erigió en elemento catalizador de todas las actividades de la sociedad, agrícolas, gremiales, militares...

Las ciudadelas estuvieron relacionadas de manera muy directa con la consolidación y extensión de los feudos en los territorios reconquistados a los musulmanes. El castillo solía ser la
recompensa o botín por los servicios prestados en una guerra al señor, era el centro de una naciente y boyante propiedad rural, y también la primera víctima de las revueltas populares y campesinas que se sucedieron en esos siglos.


Los peregrinos realizaron su marcha hacia Compostela al abrigo de estas magníficas construcciones que se alzaban en elevadas colinas oteando el horizonte. En el camino pudieron admirar castillos como el de Javier en Navarra; el del Temple en Ponferrada, el Castillo-Palacio de Villafranca del Bierzo en León...

A lo largo de las distintas rutas que llevan a Santiago de Compostela han transitado personas de toda índole y condición: peregrinos de buena fe, por condena judicial o canónica, juglares, pordioseros, vagabundos, aventureros, prófugos, bandidos...
Los penitentes religiosos realizaban el camino movidos por una necesidad personal, sentían un deseo incontenible de visitar el lugar en el que reposaban los restos del Apóstol Santiago para lograr una relación personal con él.
Otros peregrinos, hacían el camino para cumplir una promesa efectuada al Apóstol. Y los que estaban enfermos hacían el camino en busca de curación. Así mismo, estaba el viajero que realizaba la peregrinación como castigo, impuesto bien por la autoridad eclesiástica, o por jueces civiles. Pero no todos los que emprendían el camino lo hacían por motivos píos, algunos "peregrinos" perseguían un beneficio económico.

Una de las razones del aumento del número de peregrinos fue la instauración de la institución del Jubileo por el Papa Calixto II, que en 1122 posibilitó que todos aquellos viajeros devotos que se pusieran en camino en Año Santo -cuando la festividad del Apóstol, 25 de julio, cayese en domingo- y cumpliesen los requisitos venturosos de la peregrinación, se verían liberados de casi todos sus pecados. Esto provocó que el número de peregrinos que realizó el camino en el siglo XII ascendiera a la impresionante cifra de 200.000.


Las asociaciones jacobeas, la Iglesia, las Administraciones Públicas y particulares han ido creado una red de refugios para los peregrinos, continuando la tradicional hospitalidad del Camino de Santiago.

Los albergues de peregrinos eran promovidos por personas o instituciones con el objetivo de dar techo al peregrino. A veces es sólo eso, techo, aunque ahora la mayoría disponen de literas, agua caliente e incluso cocina.
Los refugios son para uso exclusivo de los peregrinos al estilo tradicional y para identificarse como peregrinos portan la credencial de peregrino. En función del número de plazas, se da preferencia a los peregrinos a pie, aunque las normas de cada refugio pueden diferir, teniendo siempre la última palabra el hospitalero que acoge.
Los refugios funcionan principalmente gracias a la caridad. No todos los refugios disponen de las mismas comodidades y los peregrinos deberán aceptar de buen grado lo que se les ofrezca, sabiendo que es fruto del trabajo desinteresado de muchas personas.

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