3ª. De Burgos a Frómista.
4ª. De Frómista a Sahagún.
Bertrand de Born. Diario.
En el viaje por el camino de Santiago me han llamado especialmente la atención varias paradas. Algunas de ellas se encontraban insertadas en la jornada que trascurrió desde Burgos hasta llegar a la localidad de Frómista, pasando por Castrojeriz y Boadilla del Camino.
Atrás ha quedado la magnífica ciudad de Burgos, su catedral, su curioso papamoscas y el pendón de las Navas; nos adentramos en poblaciones más pequeñas, pero no por ello menos ricas en la cantidad de obras que puedo observar ante mí.
Nuestra primera parada de peregrinos en ésta nueva etapa ha sido Castrojeriz, un antiguo poblado de origen celtibérico, posteriormente romanizado, que se desarrolló a partir del siglo X. Tiene una posición privilegiada en la red viaria del camino, con el plano de la ciudad adaptado al mismo: la calle principal, o calle Real, de aproximadamente un kilómetro y medio. Así el Hospital de San Antón, el de San Nicolás y la iglesia de San Juan, y la imagen de la Virgen del Manzano, en la colegiata que lleva su nombre.
El camino continuó hacia Boadilla del Camino, población palentina donde ha sido bastante curiosa la presencia de un hospital para peregrinos. Junto a la iglesia, se encuentra su famoso rollo o picota jurisdiccional que alcanza una altura que supera los siete metros, utilizado para impartir justicia pública. Sobre cinco escalones se yergue el pilar octogonal, profusamente exornado con molduras, rosetas y conchas; estas últimas, en clara alusión al camino jacobeo. Sobre dicho fuste, descansa un gran capitel formado por dos bandas decoradas con cuatro cabezas de leones, junto a otros motivos vegetales, figurillas humanas y algunos animalillos de carácter fantástico. Se remata la picota con una rica crestería y una macolla central.
Finalmente paramos en Frómista, y en cuya iglesia y monasterio de San Martín ha conferido a ésta ciudad una gran importancia, así como por su privilegiada situación en una encrucijada de caminos, por lo que la actividad que hemos podido observar era imparable, sobre todo en el barrio de San Martín.
Tras una noche de descanso pudimos continuar la marcha, partiendo desde Frómista hasta Sahagún, pasando por Villarcázar de Sirga y Carrión de los Condes.
En la cerealista comarca de Tierra de Campos se halla Villasirga, la primera población de esta etapa del Camino, donde la imagen de la Virgen Blanca ha sido especialmente interesante.
De Villalcázar pasemos a Carrión de los Condes denominada al mismo tiempo como Santa María de Carrión, en referencia a su espectacular iglesia. Destacado ha sido también el monasterio de San Zoilo, que cuenta con una magnífica portada románica, y la iglesia de Santiago. Ésta población cuenta así mismo con un hospital para peregrinos.
La etapa terminó en la población de Sahagún, fundada según la leyenda por Carlomagno, y famosa por su arquitectura del barro. De las nueve iglesias que hemos podido observar destacan especialmente la iglesia de San Tirso, la de San Lorenzo y el santuario de la Peregrina.
En definitiva un conjunto de experiencias difícilmente explicables, que continuaron después de una noche de descanso, y que no nos decepcionaron.
Obras analizadas:
- Iglesia de San Juan (Castrojeriz).
- Hospital de San Anton (Castrojeriz).
- Iglesia de San Martin (Frómista).
- Iglesia de Santiago (Carrión de los Condes).4ª. De Frómista a Sahagún.
Bertrand de Born. Diario.
En el viaje por el camino de Santiago me han llamado especialmente la atención varias paradas. Algunas de ellas se encontraban insertadas en la jornada que trascurrió desde Burgos hasta llegar a la localidad de Frómista, pasando por Castrojeriz y Boadilla del Camino.
Atrás ha quedado la magnífica ciudad de Burgos, su catedral, su curioso papamoscas y el pendón de las Navas; nos adentramos en poblaciones más pequeñas, pero no por ello menos ricas en la cantidad de obras que puedo observar ante mí.
Nuestra primera parada de peregrinos en ésta nueva etapa ha sido Castrojeriz, un antiguo poblado de origen celtibérico, posteriormente romanizado, que se desarrolló a partir del siglo X. Tiene una posición privilegiada en la red viaria del camino, con el plano de la ciudad adaptado al mismo: la calle principal, o calle Real, de aproximadamente un kilómetro y medio. Así el Hospital de San Antón, el de San Nicolás y la iglesia de San Juan, y la imagen de la Virgen del Manzano, en la colegiata que lleva su nombre.
El camino continuó hacia Boadilla del Camino, población palentina donde ha sido bastante curiosa la presencia de un hospital para peregrinos. Junto a la iglesia, se encuentra su famoso rollo o picota jurisdiccional que alcanza una altura que supera los siete metros, utilizado para impartir justicia pública. Sobre cinco escalones se yergue el pilar octogonal, profusamente exornado con molduras, rosetas y conchas; estas últimas, en clara alusión al camino jacobeo. Sobre dicho fuste, descansa un gran capitel formado por dos bandas decoradas con cuatro cabezas de leones, junto a otros motivos vegetales, figurillas humanas y algunos animalillos de carácter fantástico. Se remata la picota con una rica crestería y una macolla central.
Finalmente paramos en Frómista, y en cuya iglesia y monasterio de San Martín ha conferido a ésta ciudad una gran importancia, así como por su privilegiada situación en una encrucijada de caminos, por lo que la actividad que hemos podido observar era imparable, sobre todo en el barrio de San Martín.
Tras una noche de descanso pudimos continuar la marcha, partiendo desde Frómista hasta Sahagún, pasando por Villarcázar de Sirga y Carrión de los Condes.
En la cerealista comarca de Tierra de Campos se halla Villasirga, la primera población de esta etapa del Camino, donde la imagen de la Virgen Blanca ha sido especialmente interesante.
De Villalcázar pasemos a Carrión de los Condes denominada al mismo tiempo como Santa María de Carrión, en referencia a su espectacular iglesia. Destacado ha sido también el monasterio de San Zoilo, que cuenta con una magnífica portada románica, y la iglesia de Santiago. Ésta población cuenta así mismo con un hospital para peregrinos.
La etapa terminó en la población de Sahagún, fundada según la leyenda por Carlomagno, y famosa por su arquitectura del barro. De las nueve iglesias que hemos podido observar destacan especialmente la iglesia de San Tirso, la de San Lorenzo y el santuario de la Peregrina.
En definitiva un conjunto de experiencias difícilmente explicables, que continuaron después de una noche de descanso, y que no nos decepcionaron.
Obras analizadas:
- Iglesia de San Juan (Castrojeriz).
- Hospital de San Anton (Castrojeriz).
- Iglesia de San Martin (Frómista).
- Monasterio de San Benito (Sahagún).
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