No solo fue destacado como poeta, sino que su labor guerrera fue bastante interesante, por lo que participó en ciertos aspectos políticos, como el instigar a Ricardo Corazón de León a revelarse contra su padre Enrique II de Inglaterra.
Las relaciones con Ricardo Corazón de León lo llevaron a participar junto a él en
Pero no solo fue conocedor de las ciudades cristianas, sino que su espíritu guerrero le llevó a recorrer las principales ciudades islámicas.
Ello lo convirtió en un gran conocedor de todo el urbanismo románico, tanto oriental como occidental. Las diferencias entre ciudades cristianas y musulmanas eran muy visibles. En las ciudades musulmanas en las que luchó pudo apreciar la presencia de ciudades fuertemente fortificadas, que dificultaban el acceso al interior. Las calles paradójicamente eran muy diferentes a lo que él estaba acostumbrado a ver, al ser tortuosas y muy estrechas, con barrios que en muchas ocasiones se solían cerrar por las noches. La presencia de plazas centrales eran inexistentes en las ciudades islámicas, y la actividad comercial se centraba en barrios especializados y en tiendas permanentes.
Por el contrario las ciudades que había podido observar en el mundo cristiano se caracterizan por estar amuralladas también, pero cuyas calles estaban organizadas de forma ortogonal, a pesar de que en algunas ocasiones se adaptaban al terreno. Se daba la existencia de plazas en las que se celebraban las ferias y mercados, y todo se orientaba en torno a un castillo que se situaba en la zona más elevada.
Esas diferencias, y sus largos viajes por Europa convirtieron a Bertrand de Born en un amante de las ciudades y de su urbanismo, de su organización, de sus sistemas de defensa, admirador de todas sus obras.
Por ello al concluir
Murió en el año 1207, retirado ya a su vejez a un monasterio cisterciense.